Refrigerados Santiago: crónica de una empresa pampeana que resurgió en la adversidad

Con sede central en el Parque Industrial de Santa Rosa y catorce sucursales distribuidas en toda La Pampa, Refrigerados Santiago se consolida como una empresa que crece gracias al valor de su gente.

29 de octubre de 2025Paula PérezPaula Pérez
WhatsApp Image 2025-10-29 at 10.44.24 AM

Por Paula Pérez – Lic. en Relaciones Públicas y Coach Empresarial

El relato empieza mucho antes de que el nombre Refrigerados Santiago existiera. Corría la década del setenta cuando el abuelo de Santiago Portalez abría las persianas de un pequeño negocio de alimentos en Santa Rosa. No había certezas de futuro, pero sí una convicción: en La Pampa siempre hay lugar para quienes trabajan con honestidad.

Décadas después sería su hijo, padre de Santiago, quien se sumaría al negocio familiar. Llegaron los años noventa y, con ellos, Santiago y una idea que parecía adelantada a su tiempo: incorporar la refrigeración para asegurar la distribución de productos frescos. En una provincia extensa y de largas rutas, eso significaba un salto de calidad. La familia apostó a esa visión sin imaginar que, en poco tiempo, la historia pondría a prueba esa fortaleza.

El 2001 fue un golpe seco. La crisis arrasó con empresas, familias y empleos, y Refrigerados Santiago no fue la excepción. El negocio tambaleó y estuvo a punto de quebrar. Entonces los roles se invirtieron: el padre, que había fundado la empresa, se apoyó en el hijo. Y el hijo, con decisión y convicción, cargó sobre sus hombros el desafío de levantar lo que parecía derrumbarse.

De esa unión nació realmente Refrigerados Santiago. No como un negocio más, sino como un símbolo de resistencia pampeana. Lo que había empezado como un almacén de alimentos se reinventó como una empresa capaz de sostener la cadena de frío y garantizar que los productos lleguen intactos a destino.

Hoy, al recorrer la empresa, Santiago se describe como alguien movido por sus valores y por una historia que lo impulsa hacia adelante.

“El cambio es positivo, no hay que aferrarse a lo que no funciona. Cambiar nos hizo mejores”, afirma con firmeza.

La cultura de Refrigerados Santiago se sostiene en tres pilares: seriedad, honradez y palabra cumplida. “Acá lo que se dice, se respeta”, asegura Santiago, convencido de que esa forma de trabajar es la que los mantiene en pie.

Con una mirada puesta en el futuro, proyecta una empresa que siga consolidándose en La Pampa y que pueda expandir sus áreas estratégicas.

“Lo más importante siempre fue el equipo.”

Contar la historia de Refrigerados Santiago no es solo contar la historia de una empresa, sino la de un modo de liderar. 

Entre el pasado de un padre que abrió camino, la tenacidad de un hijo que supo reinventarse en tiempos de crisis y un presente que late con la fuerza de un equipo comprometido, se construye una historia pampeana que sigue creciendo.  

 

El pulso del depósito

pulsodeldep

 

Entre cajas, montacargas y cámaras de frío, el depósito respira su propio ritmo. Es el corazón operativo de la empresa: ahí donde todo pasa antes de llegar a destino, donde los tiempos se miden en movimiento y los silencios en eficacia.

En ese escenario, una mujer marca el paso. No desde el discurso, sino desde la práctica. Su liderazgo no busca suavizar ni adornar: es directo, pragmático, a veces áspero, pero eficaz. Conoce cada rincón, cada trabajador, cada rutina. Su forma de conducir no siempre encaja en los manuales, pero sostiene el orden en un ambiente que exige reacción y temple.

Cada persona de ese equipo tiene su historia, sus años de trabajo y su propio modo de hacer. Y sin embargo, ese sábado —cuando el ritmo era intenso y las horas parecían no alcanzar— me esperaron con el depósito impecable, ordenado, dispuesto para las fotos.

Quizás sean los que menos se ven, los que están detrás de escena, pero qué importante es cuando se los mira y se los reconoce. En ese gesto silencioso de preparar todo sin que nadie lo pida, se revela algo más que organización: se revela pertenencia.

Porque incluso entre pallets y cajas, también ahí late el vínculo que sostiene a esta empresa. Y es ahí donde, como profesional de la comunicación, confirmo una vez más que en La Pampa hay historias que merecen ser contadas. No por grandilocuentes, sino porque en su sencillez revelan algo profundo: el valor del trabajo bien hecho, del compromiso diario y del sentido humano que mantiene viva a una empresa.

hugovalerr

Hugo y Valerio, memorias vivas de los comienzos 

A Hugo se le iluminan los ojos cuando recuerda aquel galpón donde el frío no apagaba las risas. Había pocas manos y mucho por hacer: cargar, bajar, anotar, volver a cargar. 

“Las cajas de leche se caían y había que reírse, acomodar y seguir”, dice. No había protocolos extensos; había un acuerdo tácito: nadie soltaba la soga del otro.

Santiago no miraba desde lejos. “Ponía el hombro a la par nuestra”, cuenta Hugo, como quien habla de un compañero más que de un jefe. Por eso su recuerdo mezcla respeto y ternura: cuando faltaba algo, estaba la palabra; cuando sobraba cansancio, el mate; cuando la balanza no cerraba, cerraba el vínculo.

El negocio creció —catorce sucursales son una cifra y una responsabilidad— y con el tiempo también cambió la gramática del trabajo: fichadas digitales, inventarios en sistema, correos en cadena. Hugo lo entiende, pero no negocia su convicción:

“La tecnología ordena, sí; lo humano sostiene.”

Extraña los asados de fin de mes, esas ceremonias simples donde se contaban anécdotas y también los errores, cara a cara, sin reproches. 

No idealiza el pasado: sabe que el crecimiento exige delegar y multiplicar la gestión. Pero advierte algo esencial: si se aflojan los vínculos, se afloja la empresa.

Cuando le preguntan qué significa Refrigerados Santiago en su vida, no se pone grandilocuente:

“Tranquilidad, estabilidad, apoyo y aguante.”

Valerio, otro de los históricos, resume con ironía y verdad lo que vivió: “Entré en enero de 2001. Era un galpón, una camioneta, dos vendedores y un repartidor que era yo.” 

Hoy ve en la empresa la misma esencia de entonces: la confianza como base del trabajo.

Ambos representan esa primera generación de trabajadores que hicieron posible lo que hoy se ve desde afuera: una empresa sólida, reconocida y humana. En sus relatos hay risas, anécdotas, esfuerzo y una palabra que se repite como raíz: vínculo.

empresadd

 

En la actualidad, Refrigerados Santiago cuenta con un equipo diverso que sostiene el pulso diario de la empresa en sus catorce sucursales distribuidas por toda La Pampa. Detrás de cada pedido y cada entrega hay personas que, representan distintas etapas y generaciones de esta historia. 

Algunos llevan más de veinte años acompañando el crecimiento; otros se sumaron en tiempos recientes, aportando nuevas miradas, energía y profesionalismo. 

En conjunto, forman una red de trabajo que une logística, atención, administración y liderazgo con un mismo propósito: mantener viva la cultura de compromiso, respeto y palabra que distingue a la empresa desde sus orígenes. 

En cada sucursal, desde Santa Rosa hasta el interior provincial, late el mismo espíritu familiar que convirtió a Refrigerados Santiago en un referente pampeano de trabajo bien hecho y confianza que perdura.

 

El liderazgo desde la historia 

La mirada de Santiago combina lucidez y humanidad. Disfruta lo que hace, se enorgullece del equipo, pero también asume el costo emocional de dirigir una empresa que ya no depende solo de sus manos.

“Mi sueño es que Refrigerados Santiago sea una empresa automanejada, que no dependa de mí, que tenga sus áreas y sus responsables. No quiero que se termine conmigo.”

Ahí está la madurez de un líder que entiende que trascender es delegar, y que el legado no se mide solo en metros cuadrados o balances, sino en cultura y confianza.

“El error no me importa tanto, me importa más cómo son como personas.”

Santiago ve con buenos ojos a la nueva generación que se forma en oficinas y sucursales, y confía en que el cambio pueda sostener la esencia que los trajo hasta acá.

santiagoodds

La herencia del vínculo 

En La Pampa, donde los oficios se heredan y las empresas nacen del trabajo cotidiano, Refrigerados Santiago es más que una distribuidora: es una historia de vida, familia y comunidad. 

Una empresa que creció sin marketing, pero con palabra; sin estrategia formal, pero con valores sólidos; sin manuales, pero con humanidad. 

Santiago lo sabe: “Podemos tener errores, pero nunca dejamos a nadie a pie.” 

Y en esa frase se resume todo: una filosofía que prioriza los vínculos antes que los procesos. 

Porque cuando una empresa se construye desde la confianza, trasciende los números y los balances. Y en esa certeza, esta historia se enlaza con una convicción que comparto profundamente:

Como Licenciada en Relaciones Públicas y Coach Empresarial, observo que Refrigerados Santiago representa un caso paradigmático de las empresas familiares pampeanas: su fortaleza radica en los valores transmitidos de generación en generación, en la capacidad de adaptarse a los cambios y en mantener una cultura organizacional donde la palabra dada es un activo tan importante como cualquier balance.

En La Pampa, donde las historias empresariales nacen del esfuerzo y la constancia, Refrigerados Santiago es una de esas empresas que no solo crecen, sino que se construyen. Se edifican con tiempo, con personas, con familia. Se levantan sobre la base invisible de los valores que se heredan y se actualizan con cada generación.

Santiago habla pausado, sin guiones. No improvisa, pero tampoco ensaya. Su relato fluye con la honestidad de quien trabajó más de lo que habló. 

Su mirada actual no se detiene en la nostalgia:

“Antes pensaba que cambiar era perder algo. Hoy sé que el cambio es positivo”, dice, mientras explica que lo que más valora de su equipo no es la perfección, sino la honradez.

Esa palabra, sencilla y contundente, atraviesa toda la cultura de la empresa: “Lo que se dice, se respeta.”

Quizás por eso Refrigerados Santiago se volvió, sin proponérselo, una marca de confianza. No por las redes ni por campañas, sino por la coherencia entre lo que se promete y lo que se cumple. Santiago lo sabe:

“Podemos tener errores, pero nunca dejamos a nadie a pie.”

En esa frase se resume una filosofía de gestión que prioriza los vínculos antes que los procesos. Porque Refrigerados Santiago no es solo un negocio familiar: es una historia pampeana que habla de perseverancia, liderazgo humano y vínculos que se sostienen a través de las décadas. 

Una empresa que, aunque trabaje con frío, late con calidez

Lo más visto
WhatsApp Image 2025-10-28 at 11.10.18 AM

¿El escrutinio definitivo puede cambiar el resultado tan ajustado en La Pampa?

InfoHuella
Provinciales28 de octubre de 2025

El frente del Partido Justicialista se impuso por una diferencia de 2.093 votos ante la Alianza de La Libertad Avanza, en una elección polarizada que está a la espera del escrutinio definitivo, que aún debe sumar los votos de los residentes extranjeros y de las personas privadas de su libertad. ¿Hay chances de que cambie el resultado?

Escribí tu mail y te mandamos las noticias del día