Giro inesperado en un parricidio en La Pampa: el juicio se centrará en la salud mental del imputado

Ocho meses después, una prueba de ADN descartó el vínculo biológico entre ambos y, este jueves, una audiencia clave confirmó que el debate judicial ya no se centrará en torno a la autoría del hecho, sino sobre las condiciones mentales del imputado al momento del crimen.

La audiencia de hoy
Durante la audiencia celebrada este viernes en el edificio del Poder Judicial de la IV Circunscripción, quedaron firmes dos calificaciones legales alternativas: homicidio simple y homicidio cometido en estado de emoción violenta. Esta última, es la carátula que pretende la defensa, a cargo de Mariano Gualpa. 

El debate judicial ya no se centrará en torno a la autoría del hecho, sino sobre las condiciones mentales del imputado al momento del crimen

De cara al juicio oral, se confirmó que aproximadamente 33 testigos deberán declarar en el debate, entre ellos testigos presenciales, efectivos policiales, vecinos, familiares, médicos del Hospital de Victorica Luisa Pedemonte de Pistarini, un perito en comunicaciones, la Agencia de Investigaciones Científica AIC General Pico, cuatro psicólogos y dos psiquiatras.
Además, el tribunal recibirá 48 piezas documentales y 13 paquetes de evidencia, entre los que se encuentran el arma homicida, un fusil, un teléfono celular y otros elementos secuestrados durante la investigación.

El juicio será llevado adelante por un tribunal colegiado con sede en General Pico

El fiscal Enzo Rangone expresó que el Ministerio Público Fiscal de la IV Circunscripción con asiento en Victorica argumentó según los informes de los psiquiatras forenses, que sostienen que el imputado comprendió la criminalidad de sus actos y tenía sus funciones mentales superiores conservadas. En ese sentido, se apoyó en conductas concretas previas y posteriores al hecho, como la realización de llamadas telefónicas, búsquedas en su celular y discusiones previas al ataque.
Según pudo saber InfoHuella de fuentes oficiales, el debate quedará planteado entre la psicología y la psiquiatría forense, con un punto central: no se discute quién cometió el homicidio, sino en qué condiciones mentales lo hizo.

El crimen
El hecho ocurrió en Victorica – oeste de La Pampa-, en una vivienda ubicada sobre la calle 24, entre 1 y 3. En el patio de la casa, Néstor Hugo Fuentes, de 37 años, recibió dos puñaladas en el pecho. Fue trasladado de urgencia al hospital local, donde murió minutos después.
El único detenido fue S. N. Fuentes, de 18 años. En un primer momento, la causa fue caratulada como homicidio agravado por el vínculo (parricidio), una figura que implicaba la pena más grave prevista por el Código Penal.

Un vínculo que no existía
Cinco meses después del crimen, una prueba de ADN solicitada por el abogado defensor Mariano Gualpa y realizada por el Laboratorio de Genética Forense del Ministerio Público Fiscal de La Pampa cambió el eje de la causa. El informe, firmado por su directora, la doctora Cecilia Bobillo, fue concluyente:

no existía vínculo biológico de paternidad entre la víctima y el imputado

Ese resultado no solo tuvo impacto jurídico, al poner en discusión el agravante por el vínculo, sino también simbólico y emocional. Aquello que había sido asumido como una verdad durante años quedó formalmente descartado y reveló un secreto sostenido en el marco de una relación atravesada por la violencia.

Violencia intrafamiliar y pericias psicológicas
Las pericias psicológicas —una solicitada por la Fiscalía y otra por la defensa— coincidieron en un punto central: S. N. Fuentes -de 18 años-  creció en un entorno marcado por el maltrato físico, psicológico y simbólico. Golpes, humillaciones, amenazas y un clima permanente de tensión formaron parte de su vida cotidiana, al igual que de la de su madre y hermanos.
A ello se sumó una autopsia psicológica forense, construida a partir de entrevistas a familiares, vecinos y personas del entorno de la víctima, que permitió reconstruir la dinámica familiar, las relaciones de poder y el contexto emocional previo al hecho.
Antecedentes que pesan
El expediente también incorporó un antecedente relevante: en 2019, Néstor Hugo Fuentes fue condenado a un año y medio de prisión en suspenso por lesiones leves calificadas por el vínculo y amenazas, en un episodio de violencia contra su pareja y una hija menor.

Un juicio abierto
Hoy, a ocho meses del crimen, la causa entra en una etapa decisiva. El juicio oral no solo pondrá en discusión una figura penal, sino también años de violencia doméstica, silencios impuestos y responsabilidades compartidas.