Luan Toro: Valentino, el guerrero

Se asomó a la vida con prisa, y se aferró a ella con todas sus fuerzas. Apenas con 28 semanas al resguardo de la panza de su mamá, decidió venir al mundo. Valentino dejó bien claro que lleva su nombre como estandarte, como si fuera una predicción de todas las batallas que le tocó luchar.

Zonales16 de octubre de 2020Escribe: Lucy MinerEscribe: Lucy Miner
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Primera batalla: las primeras 72 horas

Luego de un corto embarazo con varias complicaciones y una  cesárea, su mamá le da la bienvenida el 24 de mayo de 2015.

A pesar del poco tiempo en el vientre materno, respira por sí mismo y el pequeño de 900 gramos obtiene su primera victoria.

Segunda batalla: 58 días en incubadora

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Valentino, junto a sus hermanas

Respirar no fue problema, la nutrición es otro tema. Una cuna de vidrio en el servicio de neonatología es la morada de este luchador incansable. La meta: ganar peso. Lo consigue mediante alimentación por goteo, jeringas y bombas.

Cada gramo ganado era festejado como una conquista. Luego de altas y bajas llega a pesar los tan ansiados 2,020 kilogramos.

Tercera batalla: un ejército de profesionales

Un año después de controles y cuidados, Valen, como le dicen cariñosamente, es diagnosticado con encefalopatía crónica no evolutiva por parálisis cerebral.

Diferentes especialistas se encargan de preparar el terreno para un nuevo desafío.

Muchos estudios, viajes y más estudios. Sus padres y sus hermanas son el pilar fundamental en esta etapa. 

No es fácil para ninguno, pero él no está dispuesto a rendirse tan rápido y reparte su tiempo entre su casa y el Hospital Fleni de Buenos Aires, a donde es derivado para comenzar con un tratamiento de rehabilitación en módulos, en donde pasan dos semanas para que el cuerpo médico le indique el tratamiento que debe seguir, acompañado de los profesionales que lo tratan en Santa Rosa.

Cuarta batalla: un valiente campeador

Su lesión cerebral le afectó los miembros superiores e inferiores. 

Los primeros, ha logrado manejarlos muy bien. Los segundos, en cambio  están más comprometidos. 

Su casa, se prepara con equipamiento para corregir su postura corporal y comienza su tratamiento con kinesiología, terapia ocupacional y equino terapia. Esta última es sin duda alguna, su favorita. 

Los caballos lo apasionan y es feliz en esas horas en que a través del ejercicio, está en contacto con los animales. 

Quinta batalla: la paz

No todo en esta guerra son problemas, Valentino, de mirada sagaz y sonrisa pícara, es sobre todo, un niño amable y sociable. Habla bajito pero tiene una conversación fluida. Y aunque parezca estar ocupado en otras cosas, típicas de su edad, no deja de ser observador y presta mucha atención a su entorno.

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Se destaca entre sus pares por ser amistoso. Su inteligencia, hace balance con sus dificultades motrices. 

Tanto esfuerzo en sus tratamientos y terapias no ha logrado sacarle la alegría y la capacidad de disfrutar de todas las actividades de las que participa.

Sexta batalla: cada caballero cuenta con un escudero

En esta ocasión, el escenario es el tan ansiado y a la vez temido Jardín de Infantes. 

Nada puede contra el arrojo de nuestro héroe, el inicio de clases durante el 2019 fue de sencilla adaptación con sus compañeros y su “seño”. 

Y si de adaptación se trata, tenemos que tener en cuenta la inclusión dentro de la institución educativa. Para esto, Valentino cuenta con la ayuda de Luli, su acompañante terapéutico, a quien suelen ver en plena colonia de verano haciendo enormes castillos de arena, y protegiendo del sol al pequeño caballero de pelo rojizo y brillante armadura.

Séptima batalla: el enemigo invisible

En este contexto de pandemia, ha tenido que modificar sus hábitos como el resto de sus compañeros y se adaptó muy bien a las ya cotidianas llamadas de Whatsapp que realiza desde su hogar con la maestra y un grupo de niños de su salita.

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También es su modo de contacto con la profesora de irregulares motores, con quien se comunica una vez a la semana para seguir trabajando en su recuperación.

Valentino es muy independiente y se desenvuelve muy bien en cada tarea que le asignan. 

En marzo de este año, muchas de las actividades que realiza fueron suspendidas por no ser consideradas esenciales, de todos modos, ni él ni su familia bajaron los brazos y siguieron estimulándolo a mejorar su calidad de vida. 

De a poco fue retomando su rutina, y desde junio asiste con regularidad a los tratamientos cumpliendo con todos los protocolos de salubridad y los recaudos necesarios para prevenir cualquier tipo de riesgo de contagio.

Tregua

La historia de Valentino, es la de muchos otros, una historia de superación constante, de entrega y sacrificio, este sin duda no es el último capítulo de sus aventuras, ni la última batalla que tendrá que ganar, pero para este tenaz guerrero no hay obstáculo que lo detenga.

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