La muerte por voluntad propia, una epidema silenciosa a nivel mundial

CÓMO TRATAR EL TEMA EN LOS MEDIOS. En manuales de estilo de distintos medios, es prioridad no cubrir los suicidios. A excepción de funcionarios públicos o replicar la noticia de una personalidad destacada o famoso. No obstante y, teniendo en cuenta que más allá de ser una decisión personal quitarse la vida, los medios sí tenemos la obligación de divulgar conceptos sobre la “Prevención del Suicidio”, ya que hay un hilo muy fino entre no publicar y ocultar una epidemia silenciosa que nos golpea y está presente a nivel mundial, nacional y regional.

Zonales18 de marzo de 2020Redacción: InfoHuellaRedacción: InfoHuella
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Según la OMS, unas 800 mil personas se suicidan cada año, lo que representa una tasa estimada de 11,4 muertes por cada 100 mil habitantes. Las muertes por propia voluntad representan la segunda causa de fallecimientos entre los jóvenes de entre 15 a 29 años, después de los accidentes de tránsito.

Aquí la Guía para periodistas de UNICEF sobre suicidio que fue producida por periodistas de la Red Argentina de Periodismo Científico (RAdPC), y se enmarca en la Ley Nacional de Salud Mental y directrices de la Organización Mundial de la Salud.

Sin embargo, la agencia sanitaria de Naciones Unidas admite que puede haber subnotificación, ya que el estigma y el tabú que rodean a este problema hace que no se denuncien a nivel mundial los casos de comportamientos suicidas no fatales. Se estima que sólo alrededor del 25% de quienes intentan quitarse la vida necesitan o buscan atención médica, según el documento “Prevención del Suicidio. Un instrumento para los profesionales de los medios de comunicación”, publicado por OMS.

Las últimas cifras de suicidio en la Argentina aportadas por la Dirección de Estadísticas e Información en Salud (DEIS), que depende del Ministerio de Salud de la Nación, son del año 2014 e indican que en ese año se produjeron 3.340 defunciones por suicidio en la población general. La tasa de mortalidad por suicidio fue de 7,8 por cada 100.000 habitante en 2014. En coincidencia con las tendencias internacionales, la mayor cantidad de muertes por suicidio se presentó entre los adolescentes y adultos jóvenes, con 976 fallecimientos en el grupo de 15 a 24 años. Esto representa una tasa de 13,8 fallecidos por suicidio por cada 100.000 habitantes(2014). En 2014 bajó la cantidad de suicidios en los adultos mayores en comparación con una década atrás. Pero al mismo tiempo creció la tasa de suicidios en adolescentes y adultos jóvenes en comparación con 2004.

Según la Encuesta Mundial de Salud Escolar, que se realizó a 28.368 alumnos de 544 escuelas secundarias de la Argentina en 2012, el 16,9% de los adolescentes había considerado la posibilidad de suicidarse ese año. Se registró también un incremento del 3,5% de los adolescentes que habían realizado un plan concreto de cómo suicidarse: pasó del 12,6% en 2007 al 16,1% en 2012.

SÍNTOMAS Y FACTORES DE RIESGO

Los y las adolescentes en riesgo de suicidio pueden sufrir vulnerabilidad psicológica o mental, provocada por distintos factores. Esto no quiere decir que la existencia de alguno de estos factores determinen un suicidio, pero son elementos a tener en cuenta.

Entre los más comunes están los problemas familiares graves como situaciones de violencia o agresividad, abuso sexual, los problemas en la escuela, tanto en relación con las bajas calificaciones como el rechazo por parte del grupo de compañeros que, en algunos casos, se convierte en bullying o acoso escolar a través de burlas y agresiones. También pueden ser factores de riesgo las dificultades en torno a la identificación sexual y el temor a la reacción de la familia. Y, especialmente, los intentos previos de suicidio.

Además existen algunos síntomas a los que es importante prestar atención.

Por ejemplo, el desgano y desinterés, la tristeza y la soledad que pueden estar asociados a una depresión. En otros casos, los adolescentes manifiestan la depresión a través de un alto grado de excitabilidad. Hay algunos otros más observables como los cambios en la forma de alimentarse (pérdida o aumento de apetito) o los trastornos en el sueño.

FACTORES PROTECTORES

Son los factores que ayudan a evitar el suicidio en adolescentes, según la Dirección Nacional de Salud Mental del Ministerio de Salud de Argentina. Van algunos ejemplos: poseer habilidades sociales que le permitan integrarse a los grupos propios de la adolescencia en la escuela y la comunidad de forma positiva; poseer confianza en sí mismo, para lo cual los adolescentes deben ser educados destacando sus éxitos, sacando experiencias positivas de los fracasos, sin humillarlo ni crearle sentimientos de inseguridad. Otros factores son tener capacidad de autocontrol sobre su propio “destino”, y tener una buena adaptabilidad, responsabilidad, persistencia, perseverancia, razonable calidad de ánimo y de los niveles de actividad.

La Ley 27.130 o Ley Nacional de Prevención del Suicidio (http://servicios.infoleg. gob.ar/infolegInternet/verNorma.do?id=245618), que fue sancionada el 11 de marzo de 2015 y promulgada el 6 de abril del mismo año, tiene como objetivo la disminución de la incidencia y prevalencia del suicidio, a través de la prevención, la asistencia y la posvención, que son las acciones destinadas a trabajar con el entorno de la persona que se quitó la vida para evitar nuevos eventos. La autoridad de aplicación es el Ministerio de Salud de la Nación que debe elaborar protocolos de atención y emergencia; crear un registro con información estadística sobre suicidios cometidos e intentos; desarrollar programas de capacitación, campañas y recomendaciones a los medios de comunicación para el abordaje responsable de las noticias vinculadas a estos actos. La norma agrega que en el caso de intento de suicidio de niño, niña o adolescente, “es obligatoria la comunicación, no denuncia, a la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia o la autoridad administrativa de protección de derechos del niño que corresponda en el ámbito local, así como también que todas las personas que, en el marco de la asistencia haya tomado conocimiento de la situación de un paciente que ha intentado suicidarse, estarán obligadas a la confidencialidad de la información. Otro de sus puntos destacados es que obras sociales, prepagas y otros agentes que ofrezcan servicios médicos deberán brindar cobertura asistencial a quienes hayan intentado suicidarse y a sus familias, así como también al núcleo familiar del suicida. Esta ley sobre prevención de suicidios aún espera ser reglamentada.

También debe considerarse la Ley Nacional de Salud Mental 26.657  http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/175000-179999/175977/norma.

htm) que protege a la población del trato discriminatorio. A su vez, la norma intenta evitar que se asocie el padecimiento mental con la peligrosidad, la incapacidad y con un estado permanente.

El suicidio es un problema de salud pública, y los medios de comunicación masiva juegan un rol clave tanto para la prevención como para influir en que ocurran más casos. Se sabe que uno de los muchos factores que pueden llevar a una persona vulnerable al suicidio es la publicidad sobre el tema en los medios de comunicación.

El buen trabajo de los periodistas es importante no sólo para la prevención sino también para la “posvención”, es decir, la atención a los familiares y amigos de la que persona que se suicidó. Sus familiares, sus maestros, y sus compañeros de la escuela pueden ser personas vulnerables y sentir culpa, y aumenta el riesgo de suicidio.

RECURSOS PARA EL TRABAJO PERIODÍSTICO

“LA FORMA EN QUE LOS MEDIOS INFORMAN ACERCA DE CASOS DE SUICIDIO PUEDE INFLUIR EN OTROS SUICIDIOS”, ADVIERTE LA OMS EN SU GUÍA PARA LOS PROFESIONALES DE LOS MEDIOS.

UN ANTECEDENTE HISTÓRICO ES EL FENÓMENO QUE PROVOCÓ LA PUBLICACIÓN DE LA NOVELA LAS PENAS DEL JOVEN WERTHER, DEL ESCRITOR ALEMÁN JOHANN W. GOETHE, EN 1774. EL HÉROE DE ESA OBRA SE DISPARA A SÍ MISMO DESPUÉS DE UN AMOR INFORTUNADO.

LUEGO DE LA PUBLICACIÓN, HUBO MUCHOS VARONES JÓVENES QUE UTILIZARON EL MISMO MÉTODO PARA SUICIDARSE. EL FENÓMENO LLEVÓ A QUE SE PROHIBIERA EL LIBRO EN VARIOS LUGARES. EN LA LITERATURA SOBRE EL SUICIDIO SE UTILIZA EL TÉRMINO “EFECTO WERTHER” PARA MENCIONAR AL PROCESO DE IMITACIÓN EN LOS SUICIDIOS. ADEMÁS DE OBRAS LITERARIAS, HUBO CASOS DE CELEBRIDADES QUE SE HAN SUICIDADO Y QUE HAN TENIDO IMPACTO EN PERSONAS VULNERABLES. EN GENERAL, SE DIFUNDEN CASOS DE SUICIDIOS FUERA DE LO COMÚN Y SE LOS PRESENTA COMO TÍPICOS. ASÍ, SE PERPETÚA AÚN MÁS LA INFORMACIÓN ERRÓNEA SOBRE EL SUICIDIO. PERO TAMBIÉN HAY QUE TENER EN CUENTA QUE UNA COBERTURA REPETITIVA Y CONTINUA DEL SUICIDIO INDUCE A LOS PENSAMIENTOS SUICIDAS, PARTICULARMENTE ENTRE LOS ADOLESCENTES Y LOS ADULTOS JÓVENES.

¿QUÉ HACER A LA HORA DE INFORMAR SOBRE LOS SUICIDIOS?

• Contextualizar, brindar información estadística que permita dimensionar el fenómeno y salir del caso aislado. Es conveniente utilizar series históricas de estadísticas para analizar la progresión de la tasa de suicidio.

• Si se quiere comparar las cifras de suicidios entre países, hay que asegurarse de que se traten efectivamente de datos nacionales. Si se cuenta sólo con datos de una ciudad o una provincia, el panorama puede cambiar mucho y no representar al país. Según la OMS, las expresiones como “epidemia de suicidios” y “el lugar con la mayor tasa de suicidios en el mundo” deberían evitarse.

• Usar fuentes auténticas y confiables.

• No informar sobre el comportamiento suicida como una respuesta entendible a los cambios o la degradación social o cultural. Se sugiere no replicar construcciones del discurso local, por ejemplo: “el puente de la solución” para referirse a un puente del que se arroja un /a suicida; o del tipo “no le quedaron alternativas”, etc.

• Contextualizar los casos de suicidio como problemáticas de salud mental.

Se puede aclarar el carácter transitorio de los padecimientos, en lugar de reforzar las menciones a la peligrosidad e inmutabilidad de la conducta.

• Comunicar las modalidades de asistencia a las personas con enfermedad

mental o las que existen por fuera del encierro en hospitales. Hay que tener en cuenta que la Ley Nacional de Salud Mental considera que “la internación debe ser lo más breve posible, en función de criterios terapéuticos interdisciplinarios”.

• Evitar la cobertura sensacionalista, particularmente cuando involucra a una celebridad. Cualquier problema mental que la celebridad pueda haber tenido deberá reconocerse. Deberá hacerse el mayor esfuerzo por evitar exageraciones.

• No informar acerca del suicidio como algo inexplicable o simplista.

El suicidio nunca es el resultado de un solo factor o hecho. Usualmente lo causa una compleja interacción de muchos factores.

• Informar con un lenguaje simple y comprensible para todo público.

• Dar cuenta de que cada suicidio que se cubre periodísticamente podría

haberse prevenido, con llamadas a líneas telefónicas de ayuda y acceso al tratamiento oportuno en salud mental. Se sugiere, además, incluir un recuadro con datos de servicios de salud para consultar con la  información actualizada de teléfonos y direcciones. Esto permite que los profesionales de la salud intervengan más en las crisis suicidas .

• Incluir en la cobertura la descripción de las consecuencias físicas de intentos de suicidio (como daño cerebral y parálisis) puede actuar como elemento de disuasión.

• Publicitar las señales de advertencia del comportamiento suicida, sobre todo, los avisos que la persona pudo haber dado. Muchos de los suicidios 17 consumados contactaron a un servicio de salud cometiendo intentos previos.

• Transmitir mensajes sobre la frecuente asociación entre la depresión

y el comportamiento suicida, siendo la depresión una condición tratable.

¿QUÉ NO SE DEBE HACER DESDE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN?

• No hay que glorificar al adolescente que se suicida como mártir. Si se lo idealiza, puede sugerir a las personas vulnerables que la sociedad honra el comportamiento suicida. En vez de eso, deberá hacerse énfasis en lamentar la muerte de la persona.

• No repetir demasiadas veces la palabra suicidio. En todo caso, decir

“muerte autoprovocada”.

• No deberían ponerse titulares enormes con la palabra “suicidio”.

• No publicar notas que escriben y dejan los suicidas. Tampoco deben difundirse las fotografías de las víctimas ni de la escena del suicidio o del método empleado.

• No informar detalles específicos del método usado.

• No dar razones simplistas.

• No usar estereotipos religiosos o culturales.

• No aportar culpas sobre el suicidio.

• No describir el suicidio como un método para enfrentar problemas personales tales como bancarrota, incapacidad de aprobar un examen, o abuso sexual. (OMS)

INCLUSIÓN DE LAS VOCES Y LAS IMÁGENES DE ADOLESCENTES

En el caso de adolescentes que tuvieron un intento de suicidio, no habría que incluirlos o al menos no dar a conocer su identidad, porque pueden ser objeto de discriminación o contribuir al fenómeno de imitación. En cambio, sí pueden incluirse voces (a través de resultados de grupos terapéuticos de 6 o 7 personas) 18 con adolescentes que hayan tenido ideas suicidas, pero que puedan hacer declaraciones sobre el error que hubiera sido el suicidio como una salida a “problemas transitorios”.

Siempre es conveniente que los medios promuevan información sobre actividades saludables. Puede ser útil comunicar más sobre actividades culturales, educativas, solidarias y deportivas en las que los adolescentes sean protagonistas y pueden dar sus voces y sus opiniones por sí mismos.

Entre las acciones de prevención, se pueden contar más historias de adolescentes que realizan actividades y acciones positivas, creativas y comprometidas que alienten a que busquen ayuda en momentos de dificultades, acercándose a la madre, el padre, los abuelos, otros familiares, un buen amigo, los maestros, el médico, y a mantener buenas relaciones interpersonales con compañeros de estudio o trabajo, amigos, maestros y otras figuras.

También es importante alentar a las personas que están en relación con adolescentes, tanto chicos como adultos, para que estén atentos y se ocupen de incluir y ser solidarios con las personas con las que trabajan, estudian o comparten actividades.

Se puede informar más y en profundidad sobre la situación del consumo de sustancias adictivas (café, alcohol, drogas, tabaco, fármacos, etc.) y sus consecuencias, que pueden ser factores de riesgo de suicidio.

Fuente: está citada en el texto pero si hace falta, siempre hace falta, acá va de nuevo: Guía para periodistas de UNICEF sobre suicidio que fue producida por periodistas de la Red Argentina de Periodismo Científico (RAdPC), y se enmarca en la Ley Nacional de Salud Mental y directrices de la Organización Mundial de la Salud.

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