“Hace muchos años ya que desde el Ministerio de Educación provincial vienen prohibiendo que los directivos y docentes de escuelas rurales y hogares incorporen más alumnos a estos colegios y después, de repente, salen a decir que ante la falta de estudiantes en la zona no se justifica sostener esas escuelas abiertas. También las dejan deteriorar con años sin refacción, alguna hasta las terminan abandonando o cerrando. Con el cierre de estas escuelas también se cierran varios lugares de trabajo, y no solamente de docentes que generalmente los obligan a aceptar una “reubicación” con un gran desarraigo. Además, pierden sus fuentes laborales -que escasean- el personal no docente o tercerizados que en su mayoría se moviliza con sus hijos como alumnos de esas escuelas”, argumentó Fernández, afiliado al Sindicato Trabajadores de la Educación Pampeanos.

“En este momento – continuó Jesús Fernández - sabemos de los miedos de la comunidad educativa y las familias de la escuela Hogar de Árbol Solo, teniendo en cuenta que ya cerraron La Pastoril, y así como también la última escuela cerrada recientemente: Escuela Hogar número 23 de San José. Repasemos los establecimientos educativos cerrados: en 2010 la escuela Hogar de Cereales Número 206; en 2017 la Escuela 139 de Guatraché; en 2017 la escuela n° 147 con más de 8 décadas de funcionamiento en cercanías de Castex, y en 2020 la Escuela Rural San Roque número 58 entre Arata, Trenel y Embajador Martini. Todas escuelas con una historia riquísima y que cumplían un rol de socialización, educación y de atención a muchas necesidades o vulnerabilidades que de otra manera muchas y muchos alumnos siguen quedando a la deriva en pueblos o ciudades donde se centraliza todo, pero aun así no terminan de encajar o sentirse verdaderamente contemplados”.
“No podemos decir que no hubo resistencias, aunque generalmente se esperaba siempre mucho más empeño y énfasis en los reclamos del gremio más conocido por nuestros docentes pampeanos, que generalmente se “entera tarde o no hacen nada” para evitar estos cierres. Solo algunas expresiones particulares y no con mayor fuerza de algunas familias que se movilizaron y alcanzaron a dilatar un poco el cierre de algunas de estas escuelas, pero que posteriormente se termina concretando el objetivo del gobierno y algunos cómplices de cerrar. Lo más triste aún es encontrar expresiones de algunos docentes que viven o trabajan cómodamente en pueblos grandes o ciudades justificando estos cierres con el mismo discurso oficial del “Gasto Público” o “está bien si ya no hay pibes ahí”. No tienen en cuenta la necesidad laboral de las y los docentes sin trabajo, las necesidades de esos poblados o parajes que jamás se dieron el gusto de pisar, pero del que afirman con vehemencia, “no sirve, no hay chicos””, sostuvo.
Por ultimo, manifestó: “ Por todo esto que viene pasando es que, no solo rechazamos rotundamente dichas medidas y nos mantenemos en alerta para apoyar o acompañar a quienes van sintiendo que en cualquier momento les llegue ese llamado o correo de las coordinaciones diciéndoles que “Ya no inscriban estudiantes nuevos”. Sino que los convocamos a sumarse a una nueva herramienta gremial que sea capaz de defender los cargos, los puestos de trabajo pero también el derecho a la educación de nuestros jóvenes y sus familias”.