Por Sabrina Alcaraz / Lic. en Relaciones del Trabajo/ Fundadora de Human Up, consultora especializada en desarrollo organizacional y de personas.

Muchas personas vimos pasar el 2020 con asombro, expectativa, desilusión y la interminable espera de que las cosas volvieran a la normalidad, de que fluyeran nuevamente y lográramos salir del estancamiento en el que nos pusieron el miedo y la cuarentena. Sin embargo pudimos haber caído en la trampa de darle demasiado poder al cambio de año y olvidarnos de la fuerza que reside en nuestro interior.
Si miramos las tendencias de búsquedas en Google del 2020 podemos hacernos una idea de qué estuvimos haciendo los animales humanos durante el año pasado: coronavirus encabeza la lista, en una clara señal de nuestra intención de entender qué estaba pasando. Le siguen preguntas sobre cómo hacer pan, cómo hacer barbijos caseros, cómo usar zoom y guías para actividades recreativas, deportivas y manuales. En el 2020 pasamos muchas tristezas y angustias, pero también quisimos seguir trabajando y aprendiendo, a cocinar, jugar, hacer manualidades, tomar clases on line y cuidarnos del COVID. El año pasado demostramos que las personas no queremos estar estancadas, queremos movernos, evolucionar, fluir.
¿Qué necesitamos para que el 2021 sea el año que esperamos? Fortalecer una práctica: AUTOEDUCARNOS. Reconocer que la capacidad de aprender que tenemos las personas es lo que hará del 2021 un mejor año. Resiliencia, optimismo, creatividad, compasión, confianza son todas características que necesitamos para llevar adelante nuestros días. Y todas ellas se entrenan y se ejercitan justamente en la vida misma. Cada día es el escenario perfecto para autoeducarnos en las mejores formas de responder a nuestro entorno.
Quizás no tendremos nunca todas las respuestas, quizás no aprenderemos de todos nuestros errores y quizás la sensación no será siempre de logro, pero la autoeducación nos permitirá elegir, de entre las opciones posibles, cuál queremos para nosotros. Y esa autonomía es la que nos brindará el mayor bienestar en nuestras vidas.
Algunas formas de Auto educarnos que nos harán fluir mejor en este año:
· Ni el vaso medio lleno, ni el vaso medio vacío, sino ¿Para qué quiero el agua? Muchas situaciones las evaluamos como buenas o malas comparando con los “vasos” de los demás. Conocerse y tener una buena relación con uno/a mismo/a es importante. Darnos en el día a día espacios para reflexionar qué queremos realmente, por qué y con quiénes. Muchas personas se quejaban de la cuarentena al principio y después descubrieron la reconexión con sus hogares, su familia y sus espacios.
· Las librerías están llenas de libros de autoayuda, pero no hay sección de cómo ayudar a los demás. Aprender a colaborar con otras personas, a empatizar con las necesidades o puntos de vista de otros puede ser un gran ejercicio de autoeducación en un mundo que suele promover el “yo centrismo”. Aún en aislamiento la tecnología puede ayudarnos a conectarnos con otras personas, compartir lo que sentimos y darnos apoyo mutuo.
Autoeducarnos en “no saber”. La Era de la información nos pone frente a la paradoja de innovar y avanzar en aspectos fundamentales como ciencia y tecnología, pero a su vez, la incertidumbre de no poder dar respuestas a lo que depara el futuro nos genera mucha ansiedad. Este año deberemos amigarnos con “no saber”, no tener respuestas para todo y fortalecer nuestra confianza y optimismo, que no es lo mismo que la ilusión. Ilusionarnos es tener esperanza, con o sin fundamento de que algo pase. Optimismo, en palabras del psicólogo Martin Seligman, es la elección de una mirada positiva sobre el futuro. Esa elección siembra la semilla de actitudes y emociones sobre lo que va a venir.
Finalmente, el 2021 traerá sus eventos, problemas y oportunidades. Y en ese océano gigante de la incertidumbre, podemos agarrar el timón del barco tan solo para probar, experimentar y recalcular de ser necesario. Seguramente será más fácil si compartimos el bote con otras personas y aprendemos en comunidad. Aunque esto no pretende ser una receta, sino tan solo una mirada que comparto mientras me autoeduco en las mejores maneras de transitar este año nuevo con el mayor bienestar posible.