Santiago Ponzinibbio pierde por la mínima en UFC 269

No pudo ser. A pesar de la garra que demostró en la contienda, Santiago Ponzinibbio no pudo derrotar a Geoff Neal, que se impuso al argentino por decisión dividida el pasado 11 de diciembre, en el transcurso de UFC 269. El de La Plata sabía que se trataba de un reto de altura, frente a un poderoso contrincante, y que de ello dependía poder escalar en el ranking de su división, la welter, para poder situarse entre los 10 primeros y estar en condiciones de retar al campeón a medio plazo.

El combate fue muy igualado durante todo su transcurso, con buenas acciones de ambos contendientes. De hecho, ya se esperaba una pelea cerrada; días antes, las apuestas realizadas en portales especializados parecían otorgar la ventaja, tímidamente, a Geoff Neal, y el pronóstico se acabó cumpliendo, pero Santiago pudo darle la vuelta al combate en cualquier momento, especialmente en el segunda asalto, aunque también con algunos potente ganchos que alcanzaron al americano en el tercero. Tal vez el hecho de que los golpes de Neal hicieron más daño al argentino, cuyo pómulo quedó bastante dañado, decantó el devenir de las tarjetas.

Lo que es innegable es el espíritu guerrero de Santiago, que lo dio todo, especialmente en el último minuto del tercer y último asalto, con un intercambio encarnizado entre él y Neal, que hizo las delicias de los asistentes. Este coraje no puede pasar desapercibido para la organización, la UFC, que busca este tipo de espectáculos, como los que hemos visto con anterioridad en combates de estrellas como Nate Díaz o Justin Gaethje. Precisamente, Díaz podría ser una buena opción (milita también en el welter) para dar un empujón mediático al argentino de cara a continuar su carrera en la empresa de Dana White.  

La carrera de Ponzinibbio en la UFC ha estado marcada por un paréntesis de algo más de dos años cuando encaraba una racha de 7 victorias seguidas, algunas contra rivales de embargadora, como las conseguidas ante Gunnar Nelson o Mike Perry, y que le estaban llevando en volandas hacia una opción por el título. Pero la llegada de una grave infección, que incluso llevo a los médicos a notificarle que no podría volver a pelear, le hizo perder la estela al mantenerlo muchos meses alejado del octágono.

Su fuerza de voluntad le empujó a recuperarse y volver a los entrenamientos con fuerza, lo que se tradujo en un combate de regreso en enero de este año contra el chino Jingliang; lamentablemente, perdió por KO en el primer asalto. Lejos de rendirse, en 6 meses peleó otra vez, en esta ocasión contra Miguel Baeza y consiguiendo una valiosa victoria por Decisión Unánime. El tercer combate de este año era contra Neal, y pese al buen sabor de boca que ha dejado con su estilo valiente y combativo, los árbitros no le han dado la victoria.

Lo cierto es que UFC fue una noche de sensaciones fuertes. El evento principal era el duelo por el título del siempre interesante Peso Ligero entre el campeón, Oliveira, y el aspirante, Poirier, con desenlace favorable al brasileño por sumisión. Para muchos fue una sorpresa, ya que consideraban al brasileño como un campeón “accidental”, a la espera de que figuras como Poirier o Gaethje le arrebataran el cinturón que Khabib les había negado. Sin embargo, “Du Bronx” quiso demostrar que ha llegado para quedarse, y que su estado de forma actual es el idóneo.

Pero la gran sorpresa de la velada llegó con el combate co-estelar y la derrota, tras 12 victorias seguidas y 7 años sin perder, de la todopoderosa Amanda Nunes a manos de Julianna Peña. Nunes ha derrotado a los nombres más importantes del UFC femenino, como son Cyborg, Holm, Shevchenko o Rousey, por citar algunos. Pero Peña consiguió someterla en la mitad del segundo asalto, tras haber realizado un excelente trabajo estratégico al dejarla prácticamente sin aliento en lo que llevaban de combate.

Ahora que el mundo de la UFC es cada vez más conocido y apreciado en nuestras tierras, debemos apoyar más que nunca a Santiago para que vuelva a la primera línea de su división y la suerte le sonría finalmente. Su coraje va a dar, todavía, muchas alegrías y emociones a todos los aficionados argentinos y del mundo.