El documento, explican, “no tiene carácter sancionador ni restrictivo, sino que busca ser una guía, una herramienta de trabajo útil con enfoque de género”.

En el manual se explica que el personal del INTA -un ente descentralizado del Ministerio de Agricultura- lleva adelante el cumplimiento de la Ley Micaela que establece la capacitación obligatoria en la temática de género y violencia contra las mujeres en los tres poderes del Estado. Hasta el momento, 2900 agentes del Instituto de un total de 7 mil ya realizaron la capacitación.
“Aspiramos a que permita revisar los usos en distintas situaciones comunicativas (oral, escrita, formal e informal, interna y externa) y propicie el uso de un lenguaje inclusivo que evite la discriminación y reproducción de los estereotipos de género”, señala el manual.
La guía propone, entre otras cosas, “la utilización de pronombres y determinantes sin género”: sustituir el uso de “el”, “los”, “aquel” o “aquellos” seguidos del relativo “que” por “quien”, “quienes y “cada”. Por ejemplo, aconseja evitar la expresión “el que suscribe” y usar “quien suscribe” en cambio.
El manual sugiere también evitar el uso de los artículos “las/los” porque “no es necesario usarlos siempre, ya que existen palabras que incluyen a las mujeres y a los hombres”. También propone no utilizar “los niños y las niñas” y reemplazarlo por “la población infante” o “la infancia”.
“Para el caso de los nombres colectivos recomendamos un uso no discriminatorio y que haga referencia tanto a hombres como a mujeres”, aconseja el manual. En lugar de usar “los trabajadores del INTA”, se sugiere hablar de “la planta del INTA”. Entre los ejemplos menciona no usar “los funcionarios” y sí “el funcionariado”.
Respecto a la “x” y la “e”, la guía señala: “Como vemos a diario en el lenguaje más coloquial que intenta eludir el sexismo, el uso de la “x” y la “e” aparecen como posible solución. Utilizar estas dos formas en reemplazo de las vocales temáticas de los sustantivos, adjetivos y pronombres es, ciertamente, una manera de evitar que el lenguaje tenga una carga de sexismo. Dicho esto, e independientemente de que estas formas suelen funcionar bien para la oralidad o mensajes escritos informales (whatsapp, redes sociales, etc.), son contraproducentes a la hora de amalgamar lenguaje inclusivo y coherencia gramatical”.
“Más allá de que la recomendación es evitar estas formas en contenidos institucionales (entre otras cosas, la x presenta el problema no menor de la pronunciación y la “e” también responde a palabras de género masculino en algunos casos como el de “representante”), cualquiera de estas alternativas puede ser suplida por opciones que, dentro de estructuras que den sentido a la gramática, pueda contener a ambos géneros”, advierte la guía.
El manual del INTA también aconseja hablar de “cónyuges” en lugar de “marido y mujer” y de “las y los trabajadores y sus familias” en reemplazo de “los trabajadores y sus familias”. “A menudo repetimos fórmulas del lenguaje que, debido a su contenido, y no tanto a la forma, subordinan u ocultan al género femenino. Es decir, el sentido del mensaje comunica la subordinación de la mujer por el hombre”, indica la guía.
Fuente: Página 12