“Eva Sueña”: InfoHuella entrevistó a Martina Kaniuka, autora del libro

"Esta es una historia donde, para la princesa plebeya del cuento, los pobres son ricos y los ricos, miserables”. La autora es la socióloga (UBA) Martina Kaniuka. “Eva sueña es una síntesis activa del sueño que agitaba las noches de Eva que, germinando en su imaginación, hizo carne en su cuerpo y en su intensa pero breve vida política”.

Entrevistas 04 de febrero de 2021 Por: Cristian Javier Acuña Por: Cristian Javier Acuña
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“Este libro, mezcla de crónica, collage de contradicciones, anecdotario de abajo, sueñero popular y trinchera, es una invitación al debate para desempolvar el mito rancio de la mujer perfectible que nació desprovista de defectos. Es un convite a correr el velo del escarnio y la difamación”, sostiene la presentación de la Editorial Sudestada.

En una entrevista con InfoHuella, Martina Kaniuka, quien nació en la ciudad de Buenos Aires, pero vivió en el barrio conurbano de Sarandí, cuenta los disparadores del libro y, sobre todo, con qué Eva, Evita o Eva Perón nos vamos a encontrar en sus páginas.

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Con motivo del cumpleaños número 100 de Eva Duarte de Perón, la Editorial Sudestada, donde Martina trabaja como redactora desde hace ya tres años, decidió homenajear a Evita y dedicarle unas páginas: “En tiempos de feminismos, Eva es un personaje movilizante, de una impronta muy actual, y seguimos apuntalando mucho de su legado hoy en día, desde cualquier lugar del campo popular y no solamente desde el peronismo“.

Martina sostiene que, a partir de allí, decidió comenzar a escribir su primer libro: “Fue todo un desafío, ya que no es un tema donde exista vacancia alguna, sino todo lo contrario: se ha escrito mucho, y muy bueno, de un lado y del otro de la grieta que se gesta en torno a ella. La corren por izquierda, por derecha, la corren desde el peronismo, desde afuera del peronismo, de arriba, de abajo. Hay una cosa muy binaria, tajante, que tiene que ver con que no se puede ser indiferente ante su obra y lo que significó para el pueblo. Y como con distintos personajes populares que dejan su huella a lo largo de la historia, hay quienes la aman apasionadamente y quienes la odian de manera muy profunda”.

LOS GRISES

“Mi idea- continúa Martina-  fue sortear esa cosa blanquinegra que gravita en torno a Eva y navegar los grises. Sobre todo porque, cuando se analizan personajes que vivieron y habitaron otro tiempo histórico, suelen dejarse de lado las contradicciones humanas: y Eva no era ese busto de yeso que vemos en algunos lugares, no era esas estampitas, Eva no era un cuadro, Eva no era una página de un libro, Eva era una persona, un ser humano con contradicciones. Tenía un carácter no muy sutil, no muy maleable. Era una persona con mucha ambición, con mucho empuje, que se hizo un lugar desde abajo y eso nunca se lo perdonaron. Con este libro, acepté ponerme los anteojos de ese tiempo, porque lo que suele suceder es que muchas veces se analiza y se critica a los personajes de nuestra historia, con los anteojos de hoy. Hay quienes desde el feminismo actual alzan una voz crítica,  cuando en la actualidad todavía persisten luchas pendientes, con instituciones arcaicas como lo es la iglesia católica”.  

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 Martina Kaniuka, leyendo Eva Sueña, su primer libro.

“Eva vivió una época donde la mujer era la candidata única para realizar las tareas de la casa, donde las madres solteras eran condenadas, donde la iglesia tenía un rol protagónico en publicaciones -libros y revistas– y el cine y la radio eran medios censurados por la Liga de Amas de Familia. Estaban casi todas las dimensiones de la vida social atravesadas culturalmente por la iglesia y el rol de la mujer era predominantemente biológico. Eva, en ese contexto, tuvo un rol protagónico -con la asistencia a madres solteras, los oficios y la apertura al campo laboral y político desde el partido femenino peronista- que se olvida reprochándole el que, frente a esos condicionamientos históricos, no adoptase algún tipo de rol de acuerdo a los parámetros que manejamos hoy. Por ello, en el libro traté de pensar a esa mujer, en esa época, la suya, en contraposición de las luchas de hoy, y pensarla y repensarla en sus contradicciones, en sus grises”, sostiene la autora.

 

-¿Con qué Eva nos vamos a encontrar en tu libro?, consultó InfoHuella.

-Con la Eva humana. Con la Eva que se levantaba temprano luego de dormir dos horas, para ponerse a laburar después de haberse acostado a las cinco de la mañana. La Eva que nació en un pueblo, humilde, y se hizo desde abajo. La Eva que tuvo que pelear en la escuela porque era considerada hija bastarda, por ser considerada “no natural”. La Eva que luchó contra la pobreza, en su infancia. La Eva que admiraba a su madre soltera y costurera, que laburaba para mantener a los hijos. La Eva actriz, con sus sueños todos metidos en su valijita de cartón, viajando a Buenos Aires, abandonando su pueblo. La Eva que deja sus sueños de Hollywood y de marquesinas luminosas en la calle Corrientes para transformarse en Evita, que es el nombre que el pueblo argentino le dio. La Eva que se peleaba con las señoras de clase alta, que la insultaban a la hora del té. La Eva que les discutía a los intelectuales, mientras escondida tenía un cuaderno donde con letra caligrafiada escribía los errores que cometía para dejar de volver a cometerlos al hablar. La Eva que no tenía miedo en discutirle  a milicos, curas, a otros políticos. La Eva a la que no le temblaba el pulso a la hora de poner a laburar, por ejemplo, calentando mamaderas en La Fundación, a alguien del partido Radical. La Eva que no tenía problemas en demostrar el trabajo que hacía su fundación (Fundación Eva Perón). La Eva que caminaba los pueblos. La Eva que recorría esos lugares que muchas veces, en el interior, no aparecen en los mapas. La Eva que entraba en cualquier casa y compartía un mate. La Eva que se dejaba besar por una señora con lepra. La Eva que se acercaba a los demás y los miraba a los ojos. La Eva que se hacía tiempo para leer las cartas que recibía. La Eva que se enojaba consigo mismo. La Eva temerosa. La Eva a la que le gustaba vestirse bien. La Eva a la que le gustaba maquillarse. La Eva en pijama, enferma. En "Eva sueña" se van a encontrar con una Eva humana: que podría ser y nacer nuevamente en cualquier barrio de nuestro país y asumir el desafío que ella asumió. La Eva que murió joven y dejó una obra como si hubiese vivido mil años. La Eva que es épica. La que es amada y odiada. La incendiaria, la que buscaba despertar pasiones y despertar conciencias. La Eva que advirtió del peligro de los enemigos y llamaba a la lucha: una Eva combativa, revolucionaria. La Eva que camina los pasillos y no va por la alfombra roja: creo que es ésa la Eva que van a  encontrar en el libro.

-El libro se llama "Eva Sueña": ¿Hay otra Eva en sus sueños?

-La otra Eva que podría habitar en sus sueños, imagino que podría ser una Eva que viviese más. Una Eva que muriera de viejita, a la que el cuerpo le permitiese concretar y materializar todos los sueños que tenía, de otro destino para nuestro país para las y los trabajadores. Creo que uno de sus sueños hubiese sido perfilarse en algún otro lugar donde hubiese podido hacer más: creo que ella se fue pensando en eso. Más allá de todo lo que hizo, es esa la sensación que me da al haberla leído en las páginas de Mi Mensaje (Libro de Eva) y al escuchar los testimonios. Ella, hasta último momento, sintió que podría haber hecho más. Pienso que la Eva, la otra Eva que podría haber existido en sus sueños es una que hubiese podido estar ayudando y colaborando: una Eva que hubiese apoyado la Ley de la Legalización del Aborto, una que se hubiese posicionado al lado de las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo en la búsqueda de nietos e hijos; una que se hubiese mostrado brava y valiente en tiempos de la dictadura y que también hubiese peleado -como lo hizo- hasta el último momento de su vida.

-¿Cómo lográs - en el libro - reconstruir sus sueños?

-Los sueños le dan una división temática al libro y lo estructuran en ejes. Son construcciones, a partir de datos de la realidad, obtenidos de documentos históricos, testimonios y biografías de Eva que han hecho otros autores. Pero también, además de los datos reales, hay una parte de ficción que compone el libro. No son sueños estancos que haya obtenido de algún diario que ella escribió. Intenté ponerme en su lugar y pensar qué sentía, qué le faltaba, qué deseaba, qué anhelaba… y soñar con ella, lo que tal vez ella hubiese soñado. En el libro los sueños funcionan como una especie de ordenador. Eva en su pueblito de Junin, yendo a la escuela, viniendo a Buenos Aires, su paso por la actuación, su inicio en política, su Fundación y demás. En esa trayectoria no tan cronológica, todo aparece como apuntalado por sus sueños.

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Martina es socióloga, recibida en la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA)

-Creés que en la actualidad hay dirigentes políticos que compartan los sueños de Eva: como ir en tren a los pueblos del interior, casi olvidados en el mapa?

-Es una pregunta compleja. Pese a que soy pesimista en cuanto a la coyuntura y la política, creo que hay que destacar la brecha que existe entre el peronismo de Eva y la política actual. Hay dimensiones y espacios totalmente disímiles: hoy tenemos una política de masas que no son tangibles. Los tándem de ejércitos de trolls – de un lado y del otro – que son pagos para “debatir” sobre temas de actualidad. Las redes sociales que imposibilitan que se encarnicen ciertas ideas, que cada uno se responsabilice por eso que descansa en un comentario. Y eso da la posibilidad de impunemente opinar sobre cualquier cosa y establecer qué es lo correcto y qué no lo es ante cualquier plano de la realidad: así quien opina de cine, escribe sobre el virus de covid y la vacuna como si tuviese la misma autoridad en los dos campos del conocimiento.

Creo que hay algunos condicionamientos, que a la vez son recursos –que antes no estaban- que cambian la política y la cuestión social. Sin embargo, si nos acotáramos sólo a la intención de los políticos o a los sueños de los políticos actuales, me atrevería a decir que no encuentro esa misma vocación que movilizó a Eva. Quizá en los inicios de una militancia. Pero luego está ese cierto virtuosismo  que se pierde por los vicios que han generado los mismos mecanismos de la política partidaria en nuestro país y otros países del mundo: el verticalismo de las organizaciones, el devenir de la burocracia, los chanchullos, los sapos que hay que tragarse hacen finalmente que ese militante se desgaste. Sobreviven pero aquellos que se adaptan a esos mecanismos y terminan siendo funcionales a esa realidad que antes querían transformar. Y los que por ideales no se bancan la estructura y el peso de la política partidaria, quedan en el camino. Por ello, no soy muy optimista de encontrar dirigentes actuales que compartan los mismos sueños que la motorizaban a Eva. Pero quiero creer que sí, que hay militantes -sobre todo en los barrios cuando recién arrancan- que cultivan el espíritu de lucha y desean transformar el mundo.

En nuestro país se habla de grieta, como si fuese algo nuevo: ¿Pensás que sigue vigente el amor a Eva (como el de los descamisados) y el odio (de los “biencomidos” o, los del “viva el cáncer”)?

Es un personaje histórico ineludible y cuenta, como otros de nuestra historia, con el atributo de ser una persona a la que nadie le puede ser indiferente. Sí, creo que sigue vigente su figura. Tanto, para quienes la aman, y hacen de ella una santa, y la consideran una mujer milagrosa con un potencial transformador de vidas que tuvo a través de su obra. Y también sigue vigente para aquellos que la odian. De hecho, recientemente cuando fue el aniversario, se podía leer en los pasquines de La Nación y Clarín algunos “homenajes” algo dudosos escritos por la pluma de la derecha y el gorilaje más rancio. Uno puede imaginar que pasando tanto tiempo algunas cuestiones se habían morigerado o habrían puesto paños fríos y elaborar algún tipo de opinión sensata, pero no. Creo que la grieta en torno a Eva sigue vigente y quizá tenga que ver con una cuestión clasista, de los de arriba y de los de abajo. Una cuestión de la “oligarquía con olor a bosta”, como decía Eva, que no puede entender que algunos de los elementos que son parte del  sueñero popular se concretaran. Y cada vez que eso sucede, sea en la época que sea, en el momento que sea y del partido que sea, se gesta una grieta en nuestro país. Y creo que tiene que ver con eso. Donde está la felicidad de los de abajo, se erige una grieta con los de arriba, con la oligarquía, con los terratenientes de maceta, con la burguesía parasitaria, con los cultores del éxito amasado con el sacrificio de otros

Eva Sueña es el primer libro de Martina Kaniuka. Actualmente, se encuentra terminando su primera novela y otros dos ensayos históricos, que posiblemente se publiquen este 2021.

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